Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 23:18-40 verso por verso
O dicen: ‘Si uno jura por el altar, no significa nada; pero si jura por la ofrenda que está sobre el altar, queda bajo obligación’.
¡Ciegos! ¿Cuál es más importante: la ofrenda o el altar que santifica a la ofrenda?
Por tanto, el que jura por el altar, jura por el altar y por todo lo que está sobre él.
Y el que jura por el santuario, jura por el santuario y por aquel que habita en él.
Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado sobre él.
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque entregan el diezmo de la menta, del eneldo y del comino; pero han omitido lo más importante de la ley, a saber: el juicio, la misericordia y la fe. Era necesario hacer estas cosas sin omitir aquellas.
¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito pero tragan el camello!
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque limpian lo de afuera del vaso o del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno.
¡Fariseo ciego! ¡Limpia primero el interior del vaso para que también el exterior se haga limpio!
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque son semejantes a sepulcros blanqueados que, a la verdad, se muestran hermosos por fuera; pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda impureza.
Así también ustedes, a la verdad, por fuera se muestran justos a los hombres; pero por dentro están llenos de hipocresía e iniquidad.
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos,
y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la sangre de los profetas’.
Así dan testimonio contra ustedes mismos de que son hijos de aquellos que mataron a los profetas.
¡ Colmen también ustedes la medida de sus padres!
“¡Serpientes! ¡Generación de víboras! ¿Cómo se escaparán de la condenación del infierno?
Por tanto, miren; yo les envío profetas, sabios y escribas; y de ellos, a unos los matarán y crucificarán, y a otros los azotarán en sus sinagogas y perseguirán de ciudad en ciudad,
de manera que venga sobre ustedes toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien mataron entre el santuario y el altar.
De cierto les digo, que todo esto recaerá sobre esta generación.
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta a sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!
He aquí, su casa les es dejada desierta,
porque les digo que desde ahora no me verán más hasta que digan: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”.