Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 24:25-45 verso por verso
¡Miren! Se los he dicho de antemano.
Así que, si les dicen: “Miren, está en el desierto”, no salgan; o “Miren, está en las habitaciones interiores”, no lo crean.
Porque así como el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre.
Porque donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.
»Pero inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor. Las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos serán sacudidos.
»Entonces se manifestará la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en ese tiempo harán duelo todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.
Él enviará a sus ángeles con un gran sonar de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
»De la higuera aprendan la parábola: Cuando su rama ya está tierna y brotan sus hojas, saben que el verano está cerca.
Así también ustedes, cuando vean todas estas cosas, sepan que está cerca, a las puertas.
De cierto les digo que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
»Pero acerca de aquel día y aquella hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles de los cielos, ni aun el Hijo, sino solo el Padre.
Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca,
y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
En aquel entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra dejada.
Velen, pues, porque no saben en qué día viene su Señor.
Pero sepan esto: Si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de venir el ladrón, habría velado y no habría permitido que forzaran la entrada a su casa.
Por tanto, estén preparados también ustedes, porque a la hora que no piensen, vendrá el Hijo del Hombre.
»¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente, a quien su señor lo puso sobre los criados de su casa, para que les diera alimentos a su debido tiempo?