Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 26:3-10 verso por verso
Entonces los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás,
y consultaron entre sí para prender a Jesús por engaño y matarlo.
Pero decían: “No lo hagamos en la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo”.
Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,
vino a él una mujer trayendo un frasco de alabastro con perfume de gran precio y lo derramó sobre la cabeza de Jesús mientras estaba sentado a la mesa.
Al verlo, sus discípulos se indignaron y dijeron: — ¿Para qué este desperdicio?
Porque esto podría haberse vendido a un gran precio y haberse dado a los pobres.
Como Jesús se dio cuenta, les dijo: — ¿Por qué molestan a la mujer? Pues ha hecho una buena obra conmigo.