Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 27:24-30 verso por verso
Y cuando Pilato se dio cuenta de que no se lograba nada sino que solo se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud diciendo: — ¡Yo soy inocente de la sangre de este! ¡Será asunto de ustedes!
Respondió todo el pueblo y dijo: — ¡Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
Entonces les soltó a Barrabás y, después de haber azotado a Jesús, lo entregó para que fuera crucificado.
Entonces los soldados del procurador llevaron a Jesús al Pretorio y reunieron a toda la compañía alrededor de él.
Después de desnudarle, le echaron encima un manto de escarlata.
Habiendo entretejido una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha pusieron una caña. Se arrodillaron delante de él y se burlaron de él, diciendo: — ¡Viva, rey de los judíos!
Y escupiendo en él, tomaron la caña y le golpeaban la cabeza.