Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 27:26-40 verso por verso
Entonces les soltó a Barrabás y, después de haber azotado a Jesús, lo entregó para que fuera crucificado.
Entonces los soldados del procurador llevaron a Jesús al Pretorio y reunieron a toda la compañía alrededor de él.
Después de desnudarle, le echaron encima un manto de escarlata.
Habiendo entretejido una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha pusieron una caña. Se arrodillaron delante de él y se burlaron de él, diciendo: — ¡Viva, rey de los judíos!
Y escupiendo en él, tomaron la caña y le golpeaban la cabeza.
Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus propios vestidos y lo llevaron para crucificarle.
Mientras salían, hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón. A este lo obligaron a cargar la cruz de Jesús.
Cuando llegaron al lugar que se llama Gólgota, que significa lugar de la Calavera,
le dieron a beber vino mezclado con ajenjo; pero cuando lo probó, no lo quiso beber.
Después de crucificarlo, repartieron sus vestidos, echando suertes.
Y sentados, le guardaban allí.
Pusieron sobre su cabeza su acusación escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.
Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Los que pasaban lo insultaban, meneando sus cabezas
y diciendo: — Tú que derribas el templo y en tres días lo edificas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y desciende de la cruz!