Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 27:3-11 verso por verso
Entonces Judas, el que le había entregado, al ver que era condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,
diciendo: — Yo he pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: — ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Es asunto tuyo!
Entonces él, arrojando las piezas de plata dentro del santuario, se apartó, se fue y se ahorcó.
Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: — No es lícito ponerlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre.
Y habiendo tomado acuerdo, compraron con ellas el campo del Alfarero, para sepultura de los extranjeros.
Por eso aquel campo se llama Campo de Sangre hasta el día de hoy.
Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según el precio fijado por los hijos de Israel;
y las dieron para el campo del Alfarero, como me ordenó el Señor.
Jesús estuvo de pie en presencia del procurador, y el procurador le preguntó diciendo: — ¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús le dijo: — Tú lo dices.