Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 7:17-40 verso por verso
Así también, todo árbol sano da buenos frutos, pero el árbol podrido da malos frutos.
El árbol sano no puede dar malos frutos, ni tampoco puede el árbol podrido dar buenos frutos.
Todo árbol que no lleva buen fruto es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los conocerán.
“No todo el que me dice ‘ Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Muchos me dirán en aquel día: ‘¡Señor, Señor! ¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?’.
Entonces yo les declararé: ‘Nunca les he conocido. ¡Apártense de mí, obradores de maldad!’.
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, será semejante a un hombre prudente que edificó su casa sobre la peña.
Y cayó la lluvia, vinieron torrentes, soplaron vientos y golpearon contra aquella casa. Pero no se derrumbó, porque se había fundado sobre la peña.
“Pero todo el que me oye estas palabras y no las hace, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena.
Cayó la lluvia, vinieron torrentes y soplaron vientos, y azotaron contra aquella casa. Y se derrumbó, y fue grande su ruina”.
Y aconteció que, cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes estaban maravilladas de su enseñanza;
porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.