Explicación, estudio y comentario bíblico de Miqueas 2:1-11 verso por verso
¡Ay de los que en sus camas planean iniquidad y traman el mal! Con la luz de la mañana lo realizan porque tienen en su mano el poder.
Codician los campos y los roban; codician las casas y las toman. Oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.
Por tanto, ha dicho el SEÑOR: “He aquí, yo pienso traer sobre esta familia un mal del cual no podrán sacar sus cuellos ni andarán erguidos, porque el tiempo será malo.
En aquel día se difundirá un refrán acerca de ustedes y se pronunciará el lamento que dice: ‘¡Del todo hemos sido destruidos! La posesión de mi pueblo fue medida a cordel, y no hubo quien fuera sensible. Nuestro campo ha sido repartido a los que nos saquean’ ”.
Por tanto, no tendrás quien aplique cordel para echar suertes en la congregación del SEÑOR.
“¡No prediquen!”, predican ellos. “¡No prediquen sobre tales cosas, pues la afrenta no nos alcanzará!”.
¿Debe hablarse así, oh casa de Jacob? ¿Acaso se ha limitado el Espíritu del SEÑOR? ¿Son estas sus obras? ¿Acaso mis palabras no hacen bien al que camina rectamente?
Pero ustedes se han levantado contra mi pueblo como enemigo. A los que pasan seguros volviendo de la guerra, los despojan del manto que llevan sobre sus vestidos.
A las mujeres de mi pueblo echan fuera de las casas de sus delicias, y a sus niños despojan de mi gloria para siempre.
¡Levántense y váyanse, ya que este no es lugar de reposo! Por causa de su contaminación será destruido con dolorosa destrucción.
Si algún hombre anduviera con espíritu de falsedad y mintiera diciendo: “Yo predicaré acerca del vino y acerca del licor”, ¡este sí sería profeta para este pueblo!