• Miqueas 7:3

    Han adiestrado sus manos para hacer el mal: El gobernante exige, el juez juzga por soborno y el poderoso habla según el antojo de su alma; y así lo retuercen.

  • Miqueas 7:4

    El mejor de ellos es como la espina; el más correcto de ellos es como zarzal. ¡Ay de tus centinelas, pues tu castigo ha venido! ¡Ahora será su confusión!

  • Miqueas 7:5

    No crean en el amigo; no esperen en el compañero. Cuídate de la que duerme en tu seno; guarda también tu boca.

  • Miqueas 7:6

    Porque el hijo trata con desdén a su padre, la hija se levanta contra la madre, la nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre son los de su propia casa.

  • Miqueas 7:7

    Pero yo miraré al SEÑOR; esperaré en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!

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