• Nahúm 1:3

    El SEÑOR es lento para la ira y grande en poder. De ninguna manera dará por inocente al culpable. El SEÑOR marcha en el huracán y en la tempestad; las nubes son el polvo de sus pies.

  • Nahúm 1:4

    Reprende al mar y hace que se seque, y reseca todos los ríos. Basán y el Carmelo se marchitan; se marchita la flor del Líbano.

  • Nahúm 1:5

    Las montañas se estremecen delante de él, y las colinas se derriten. Ante su presencia queda desolada la tierra, el mundo y todos los que lo habitan.

  • Nahúm 1:6

    ¿Quién resistirá delante de su ira? ¿Quién quedará en pie ante el furor de su enojo? Su ira se vierte como fuego y se desmenuzan las peñas delante de él.

  • Nahúm 1:7

    ¡Bueno es el SEÑOR! Es una fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que en él se refugian.

  • Nahúm 1:8

    Pero arrasa con impetuosa inundación al que se levanta contra él. ¡Aun en las tinieblas perseguirá a sus enemigos!

  • Nahúm 1:9

    ¿Qué traman contra el SEÑOR? ¡Él arrasará y no tomará venganza dos veces de su enemigo!

  • Nahúm 1:10

    Como espinas entretejidas y como borrachos en su embriaguez serán consumidos como paja seca.

  • Nahúm 1:11

    De ti salió un consejero de Belial que tramó el mal contra el SEÑOR.

  • Nahúm 1:12

    Pero así ha dicho el SEÑOR: “Aunque vivan reposadamente y sean muchos, con todo serán cortados y pasarán. Y aunque yo te haya afligido, no te afligiré más.

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