Explicación, estudio y comentario bíblico de Nehemías 13:22-31 verso por verso
Luego mandé a los levitas que se purificaran y fueran a guardar las puertas para santificar el día de sábado. También por esto acuérdate de mí, oh Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia.
Asimismo, en aquellos días vi a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, de Amón y de Moab.
La mitad de sus hijos hablaban el idioma de Asdod; no sabían hablar la lengua judía, sino el idioma de uno o de otro pueblo.
Reñí con ellos, los maldije, golpeé a algunos de ellos, les arranqué los pelos y los hice jurar por Dios, diciendo: “¡No darán sus hijas a sus hijos ni desposarán sus hijas con sus hijos ni con ustedes!
¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Entre las muchas naciones no hubo rey como él, amado por su Dios y a quien Dios lo había constituido rey de todo Israel. Con todo, incluso a él lo hicieron pecar las mujeres extranjeras.
¿Habremos, pues, de escucharlos y cometer toda esta gran maldad de actuar con infidelidad contra nuestro Dios tomando mujeres extranjeras?”.
Uno de los hijos de Joyada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sanbalat el horonita; por lo que lo ahuyenté de mi lado.
¡Acuérdate de ellos, oh Dios mío, porque han contaminado el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas!
Los purifiqué, pues, de todo lo extranjero y asigné deberes a los sacerdotes y a los levitas, cada uno en su tarea.
Dispuse lo necesario para la ofrenda de leña en los tiempos señalados y para las primicias. ¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, para bien!