• Nehemías 4:2

    Entonces habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria y dijo: — ¿Qué hacen estos miserables judíos? ¿La han de dejar restaurada para sí? ¿Han de ofrecer sacrificios? ¿Han de acabar en un día? ¿Han de hacer revivir las piedras de entre los montones de escombros estando estas quemadas?

  • Nehemías 4:3

    Junto a él estaba Tobías el amonita, quien dijo: — Si sube una zorra, derribará el muro de piedra que ellos edifican.

  • Nehemías 4:4

    ¡Escucha, oh Dios nuestro, porque somos objeto de desprecio! Devuelve su afrenta sobre sus cabezas, y entrégalos como presa en una tierra de cautividad.

  • Nehemías 4:5

    No cubras su iniquidad ni su pecado sea borrado de delante de ti, porque provocaron a los que edificaban.

  • Nehemías 4:6

    Así reedificamos la muralla, y fueron unidos todos los tramos de la muralla hasta la mitad de su altura; porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar.

  • Nehemías 4:7

    Pero sucedió que cuando Sanbalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los de Asdod oyeron que proseguía la reconstrucción de los muros de Jerusalén y que las brechas habían comenzado a ser cerradas, se encolerizaron mucho.

  • Nehemías 4:8

    Conspiraron todos juntos para venir a combatir contra Jerusalén y causarle daño.

  • Nehemías 4:9

    Entonces oramos a nuestro Dios, y a causa de ellos pusimos guardia contra ellos de día y de noche.

  • Nehemías 4:10

    Pero los de Judá dijeron: — Las fuerzas de los cargadores se han debilitado y los escombros son muchos. Nosotros no podremos reedificar la muralla.

  • Nehemías 4:11

    Y nuestros enemigos dijeron: — Que no sepan ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.

  • Nehemías 4:12

    Pero sucedió que cuando vinieron los judíos que habitaban cerca de ellos, nos dijeron diez veces: “De todos los lugares a donde se vuelvan, vendrán contra nosotros”.

  • Nehemías 4:13

    Entonces distribuí al pueblo por familias, detrás de la muralla en sus partes más bajas y en sus partes desprotegidas, con sus espadas, sus lanzas y sus arcos.

  • Nehemías 4:14

    Después que inspeccioné, me levanté y dije a los nobles, a los oficiales y al resto del pueblo: — ¡No teman delante de ellos! Acuérdense del Señor grande y temible, y combatan por sus hermanos, por sus hijos, por sus hijas, por sus mujeres y por sus casas.

  • Nehemías 4:15

    Sucedió que cuando nuestros enemigos oyeron que nos habíamos enterado y que Dios había desbaratado su plan, volvimos todos al muro, cada uno a su trabajo.

  • Nehemías 4:16

    Pero desde aquel día la mitad de mis hombres trabajaba en la obra, y la otra mitad empuñaba las lanzas, los escudos, los arcos y las corazas. Y los capitanes estaban detrás de toda la casa de Judá.

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