Explicación, estudio y comentario bíblico de Nehemías 6:1-14 verso por verso
Sucedió que habiendo oído Sanbalat, Tobías, Gesem el árabe y los demás enemigos nuestros que yo había reedificado la muralla y que no quedaban más brechas en ella (aunque hasta aquel tiempo no había colocado las hojas de las puertas),
Sanbalat y Gesem enviaron a decirme: “Ven y reunámonos en alguna de las aldeas, en el valle de Ono”. Pero ellos habían pensado hacerme daño.
Entonces les envié mensajeros diciendo: “Estoy realizando una gran obra. No puedo ir, porque cesaría el trabajo si yo lo abandonara para ir a ustedes”.
Cuatro veces me enviaron mensajeros con respecto al mismo asunto, y yo les respondí de la misma manera.
Entonces Sanbalat envió a su criado para decirme lo mismo por quinta vez, trayendo en su mano una carta abierta
en la cual estaba escrito: Se ha oído entre los pueblos, y Gesem lo dice, que tú y los judíos piensan rebelarse, y que por eso tú reedificas la muralla. Según estos rumores tú vas a ser su rey,
y has puesto profetas que te proclamen en Jerusalén diciendo: “¡Hay rey en Judá!”. Ahora bien, tales palabras han de ser oídas por el rey. Ven, por tanto, y tomemos consejo juntos.
Entonces envié a decirle: “No han sucedido esas cosas que tú dices, sino que tú las inventas en tu corazón”.
Porque todos ellos nos intimidaban pensando: “Se debilitarán sus manos en la obra y no será llevada a cabo”. ¡Pero, oh Dios, fortalece mis manos!
Después fui a la casa de Semaías hijo de Delaías, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado allí. Y me dijo: — Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo porque vendrán para matarte. ¡Sí, a la noche vendrán para matarte!
Entonces respondí: — ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Quién siendo como yo entraría en el templo para salvar su vida? ¡No entraré!
Así entendí que Dios no lo había enviado, sino que decía aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat lo habían contratado.
Él fue contratado para que yo fuera intimidado e hiciera eso y así pecara, de modo que les sirviera de mal nombre para desacreditarme.
¡Acuérdate, oh Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas obras suyas, y también de la profetisa Noadía y de los otros profetas que trataban de intimidarme!