Explicación, estudio y comentario bíblico de Nehemías 7:1-8 verso por verso
Sucedió que después de que la muralla fue reedificada, coloqué las puertas y fueron asignados porteros, cantores y levitas.
Luego puse a cargo de Jerusalén a mi hermano Hanani y a Ananías, jefe de la fortaleza, por ser este un hombre de verdad y temeroso de Dios más que muchos.
Les dije: “No sean abiertas las puertas de Jerusalén sino hasta que caliente el sol. Y mientras los porteros estén en sus puestos, cierren las puertas y atránquenlas. Coloquen los guardias de los habitantes de Jerusalén, unos en su puesto de guardia y otros frente a su casa”.
La ciudad era espaciosa y grande, pero había poca gente dentro de ella, y las casas no estaban reconstruidas.
Entonces mi Dios puso en mi corazón que reuniera a los nobles, a los oficiales y al pueblo, para que fueran registrados según su linaje. Así hallé el libro del registro de los que habían subido la primera vez, y encontré escrito en él lo siguiente:
“Estos son los hombres de la provincia que regresaron de la cautividad, a quienes Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos. Ellos volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad.
Vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Azarías, Raamías, Najamani, Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nejum y Baaná. “Lista de los hombres del pueblo de Israel:
Los hijos de Paros eran dos mil ciento setenta y dos.