Explicación, estudio y comentario bíblico de Números 11:4-9 verso por verso
Entonces el populacho que había entre ellos se dejó llevar por la gula. Y también los hijos de Israel volvieron a llorar diciendo: — ¡Quién nos diera de comer carne!
Nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos.
Pero ahora nuestro apetito se reseca, ya que no hay ante nuestros ojos más que el maná.
El maná era como la semilla del cilantro, y su aspecto era como el de la resina.
El pueblo se dispersaba para recogerlo, y lo molían en molinos de piedra o lo trituraban en morteros. Lo cocinaban en ollas y hacían de ello tortas que tenían sabor de tortas cocidas con aceite.
Cuando el rocío descendía de noche sobre el campamento, el maná descendía sobre él.