Explicación, estudio y comentario bíblico de Números 11:6-9 verso por verso
Pero ahora nuestro apetito se reseca, ya que no hay ante nuestros ojos más que el maná.
El maná era como la semilla del cilantro, y su aspecto era como el de la resina.
El pueblo se dispersaba para recogerlo, y lo molían en molinos de piedra o lo trituraban en morteros. Lo cocinaban en ollas y hacían de ello tortas que tenían sabor de tortas cocidas con aceite.
Cuando el rocío descendía de noche sobre el campamento, el maná descendía sobre él.