Explicación, estudio y comentario bíblico de Números 12:3-8 verso por verso
Moisés era un hombre muy manso, más manso que todos los hombres que había sobre la faz de la tierra.
Repentinamente el SEÑOR dijo a Moisés, a Aarón y a María: — Vayan ustedes tres al tabernáculo de reunión. Y fueron los tres.
Entonces el SEÑOR descendió en una columna de nube, se detuvo a la entrada del tabernáculo y llamó a Aarón y a María. Ellos dos se acercaron,
y él les dijo: — Oigan mis palabras: Si tuvieran un profeta del SEÑOR, yo me manifestaría a él en visión o hablaría con él en sueños.
No es así con mi siervo Moisés, quien es fiel en toda mi casa.
Cara a cara hablo con él, en persona, y no por enigmas. Y él contempla la apariencia del SEÑOR. ¿Por qué, pues, no tuvieron temor de hablar contra mi siervo, contra Moisés?