Explicación, estudio y comentario bíblico de Números 16:32-41 verso por verso
La tierra abrió su boca y se los tragó a ellos, a sus familias y a todos los hombres que eran de Coré, junto con todos sus bienes.
Ellos con todo lo que tenían descendieron vivos al Seol. La tierra los cubrió, y perecieron en medio de la asamblea.
Y todo Israel, los que estaban a su alrededor, huyeron al grito de ellos, porque decían: “¡No sea que la tierra nos trague a nosotros también!”.
Después salió fuego de parte del SEÑOR y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.
Entonces el SEÑOR habló a Moisés diciendo:
“Di a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, que tome los incensarios de en medio del incendio y que esparza las brasas a distancia; porque están santificados.
En lo que respecta a los incensarios de estos que pecaron a costa de sus vidas, de ellos se harán láminas para revestir el altar. Por cuanto han sido presentados delante del SEÑOR, están santificados; y servirán de advertencia a los hijos de Israel”.
Entonces el sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce que habían presentado los que fueron quemados. Y los hicieron láminas para cubrir el altar,
como recordatorio para los hijos de Israel, de que ningún extraño, que no sea de la descendencia de Aarón, ha de acercarse para ofrecer incienso delante del SEÑOR. No les suceda como a Coré y a su grupo, conforme a lo que había dicho el SEÑOR por medio de Moisés.
Al día siguiente toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: — ¡Ustedes han matado al pueblo del SEÑOR!