Explicación, estudio y comentario bíblico de Números 21:20-35 verso por verso
Y de Bamot, en el valle que está en los campos de Moab, fueron a la cumbre del Pisga, que mira hacia Jesimón.
Israel envió mensajeros a Sejón, rey de los amorreos, diciendo:
“Déjame pasar por tu tierra. No nos desviaremos por los campos ni por las viñas. Tampoco beberemos agua de los pozos. Iremos por el camino del Rey hasta que hayamos pasado por tu territorio”.
Pero Sejón no dejó pasar a Israel por su territorio. Más bien, reunió a todo su pueblo, salió al desierto contra Israel, fue a Jahaz y combatió contra Israel.
Pero Israel los hirió a filo de espada y tomó posesión de su tierra desde el Arnón hasta el Jaboc, hasta la frontera de los hijos de Amón, porque Jazer era la frontera de los hijos de Amón.
Israel tomó todas estas ciudades, y habitó en todas las ciudades de los amorreos, en Hesbón y en todas sus aldeas.
Porque Hesbón era la sede de Sejón, rey de los amorreos, quien había estado en guerra con el anterior rey de Moab y había tomado de su poder toda su tierra hasta el Arnón.
Por eso dicen los poetas: Vengan a Hesbón, y sea reedificada. Sea reafirmada la ciudad de Sejón.
Porque fuego salió de Hesbón, y llama de la ciudad de Sejón; consumió a Ar-moab y las alturas más prominentes del Arnón.
¡Ay de ti, oh Moab! Has perecido, pueblo de Quemós. A sus hijos dejó ir fugitivos y a sus hijas cautivas de Sejón, rey de los amorreos.
Su descendencia ha perecido desde Hesbón hasta Dibón. Los asolamos hasta Nófaj, que se extiende hasta Medeba.
Así Israel habitó en la tierra de los amorreos.
Moisés envió gente para espiar a Jazer, y tomaron sus aldeas echando a los amorreos que estaban allí.
Después se volvieron y subieron rumbo a Basán. Entonces Og, rey de Basán, salió al encuentro de ellos con todo su pueblo, para combatir en Edrei.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: “No le tengas miedo, porque en tu mano he entregado a él, a todo su pueblo y su tierra. Tú harás con él como hiciste con Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón”.
Así los mataron a él, a sus hijos y a toda su gente, hasta no dejarle ningún sobreviviente. Y tomaron posesión de su tierra.