Explicación, estudio y comentario bíblico de Números 23:10-21 verso por verso
¿Quién contará el polvo de Jacob? ¿Quién calculará la polvareda de Israel? ¡Muera yo la muerte de los justos y sea mi final como el suyo!”.
Entonces Balac dijo a Balaam: — ¿Qué me has hecho? ¡Te he tomado para que maldigas a mis enemigos, y he aquí tú los has colmado de bendiciones!
Él respondió diciendo: — ¿Acaso no he de tener cuidado de hablar lo que el SEÑOR ponga en mi boca?
Entonces Balac le dijo: — Por favor, ven conmigo a otro lugar desde el cual lo puedas ver. Solo verás un extremo de él; no lo verás todo. Maldícemelo desde allí.
Entonces lo llevó al campo de Zofim, en la cumbre del Pisga, y allí edificó siete altares y ofreció en holocausto un toro y un carnero en cada altar.
Y Balaam dijo a Balac: — Ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrarme con él allá.
Entonces el SEÑOR vino al encuentro de Balaam y puso palabra en su boca, diciéndole: — Vuelve a donde está Balac, y háblale así…
Después volvió a Balac, y he aquí que este estaba de pie junto a su holocausto, y con él los principales de Moab. Y Balac le preguntó: — ¿Qué ha dicho el SEÑOR?
Entonces él pronunció su profecía y dijo: “Balac, levántate y escucha; préstame atención, oh hijo de Zipor.
Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no lo hará? Habló, ¿y no lo cumplirá?
He aquí, yo he recibido la orden de bendecir. Él ha bendecido, y no lo puedo revocar.
“Él no ha notado iniquidad en Jacob, ni ha visto maldad en Israel. El SEÑOR su Dios está con él; en medio de él hay júbilo de rey.