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En los labios del entendido se halla sabiduría, pero la vara es para las espaldas del falto de entendimiento.
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Los sabios atesoran el conocimiento, pero la boca del insensato es calamidad cercana.
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Las riquezas del rico son su ciudad fortificada, y la calamidad de los necesitados es su pobreza.
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La obra del justo es para vida, pero el logro del impío es para pecado.
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El que guarda la disciplina está en el camino de la vida, pero el que descuida la reprensión hace errar.
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El que aplaca el odio es de labios justos, pero el que suscita la calumnia es necio.
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