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La mujer sabia edifica su casa, pero la insensata con sus propias manos la destruye.
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El que camina en rectitud teme al SEÑOR, pero el de caminos perversos lo menosprecia.
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En la boca del insensato hay una vara para su espalda, pero a los sabios los protegen sus labios.
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Donde no hay bueyes el granero está vacío, pero por la fuerza del buey hay producción.
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