Todo camino del hombre es limpio en su propia opinión, pero el SEÑOR es el que examina los espíritus. 3 Encomienda al SEÑOR tus obras, y tus pensamientos serán afirmados. 4 Todo lo ha hecho el SEÑOR para su propio propósito; y aun al impío para el día malo. 5 Abominación es al SEÑOR todo altivo de corazón; de ninguna manera quedará impune. 6 Con misericordia y verdad se expía la falta y con el temor del SEÑOR uno se aparta del mal. 7 Cuando los caminos del hombre le agradan al SEÑOR, aun a sus enemigos reconciliará con él. 8 Es mejor lo poco con justicia que gran abundancia sin derecho. 9 El corazón del hombre traza su camino, pero el SEÑOR dirige sus pasos. 10 Hay oráculo en los labios del rey; en el juicio no yerra su boca. 11 La balanza y los platillos justos son del SEÑOR; obra suya son todas las pesas de la bolsa. 12 Es abominación a los reyes hacer impiedad porque con justicia se afirma el trono. 13 Los reyes favorecen a los labios justos y aman al que habla lo recto. 14 La ira del rey es como mensajero de muerte, pero el hombre sabio la apaciguará. 15 En la alegría del rostro del rey está la vida; su favor es como nube de lluvia tardía. 16 Es mejor adquirir sabiduría que oro fino, y adquirir inteligencia vale más que la plata. 17 La vía de los rectos es apartarse del mal, y el que guarda su camino guarda su vida. 18 Antes de la quiebra está el orgullo; y antes de la caída la altivez de espíritu. 19 Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir botín con los soberbios. 20 El que está atento a la palabra hallará el bien, y el que confía en el SEÑOR es bienaventurado. 21 El sabio de corazón será llamado entendido, y la dulzura de labios aumenta el saber. 22 Fuente de vida es el entendimiento al que lo posee, pero el castigo de los insensatos es la misma insensatez. 23 El corazón del sabio hace prudente su boca, y con sus labios aumenta el saber. 24 Panal de miel son los dichos agradables; son dulces al alma y saludables al cuerpo. 25 Hay un camino que al hombre le parece derecho, pero que al final es camino de muerte. 26 El apetito del trabajador es lo que le obliga a trabajar, porque su boca lo apremia. 27 El hombre indigno trama el mal, y en sus labios hay como fuego abrasador. 28 El hombre perverso provoca la contienda, y el chismoso aparta los mejores amigos. 29 El hombre violento persuade a su amigo y le hace andar por camino no bueno. 30 El que entrecierra sus ojos para planear perversidades, el que aprieta sus labios, consuma el mal. 31 Corona de honra son las canas; en el camino de la justicia se encuentra. 32 Es mejor el que tarda en airarse que el fuerte; y el que domina su espíritu que el que conquista una ciudad. 33 Las suertes se echan en el regazo, pero al SEÑOR pertenece toda su decisión.