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El que se aparta busca su propio deseo, y estalla en disputa contra toda iniciativa.
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El necio no toma placer en el entendimiento, sino solo en exponer lo que tiene en su corazón.
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Cuando viene la impiedad, viene también el menosprecio; y con la deshonra viene la vergüenza.
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Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre, y arroyo que rebosa es la fuente de la sabiduría.
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No es bueno mostrar preferencia por el impío, desviando al justo en el juicio.
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Los labios del necio entran en contienda, y su boca clama por los golpes.
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La boca del necio es su propia ruina; sus labios son la trampa de su vida.
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Las palabras del chismoso parecen suaves, pero penetran hasta lo recóndito del ser.
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El que es negligente en su trabajo es hermano del destructor.
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Torre fortificada es el nombre del SEÑOR; el justo correrá a ella y estará a salvo.
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Las riquezas del rico son su ciudad fortificada; son como un alto muro en su imaginación.
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Antes del quebrantamiento se enaltece el corazón del hombre, y antes de la honra está la humildad.
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