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Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de labios perversos y que es necio.
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Tampoco es bueno hacer algo sin conocimiento, y peca el que se apresura con sus pies.
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La insensatez del hombre pervierte su camino y enfurece su corazón contra el SEÑOR.
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Las riquezas atraen muchos amigos, pero el pobre es abandonado por su prójimo.
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El testigo falso no quedará impune, y el que respira mentiras no escapará.
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Muchos imploran el favor del generoso; todos son amigos del hombre que da regalos.
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Todos los hermanos del pobre le odian; cuánto más se alejarán de él sus amigos. Busca quienes le hablen, pero no los halla.
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El que adquiere entendimiento ama su vida, y el que guarda la prudencia hallará el bien.
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El testigo falso no quedará impune, y el que respira mentiras perecerá.
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No conviene al necio la comodidad; cuánto menos al esclavo dominar a los gobernantes.
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El discernimiento del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.
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Como rugido de león es la ira del rey, y su favor es como el rocío sobre la hierba.
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El hijo necio es la ruina de su padre; y gotera continua son las contiendas de la mujer.
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Una casa y riquezas son herencia de los padres, pero una mujer prudente lo es del SEÑOR.
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La pereza hace caer en sueño profundo, y la persona negligente padecerá de hambre.
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El que guarda el mandamiento guarda su alma, pero el que menosprecia sus caminos morirá.
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El que da al pobre presta al SEÑOR, y él le dará su recompensa.
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Corrige a tu hijo mientras haya esperanza, pero no se exceda tu alma para destruirlo.
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El de gran ira llevará el castigo; si lo libras, tendrás que hacerlo de nuevo.
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Escucha el consejo y acepta la corrección para que seas sabio en tu porvenir.