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Muchos hombres proclaman su propia bondad; pero un hombre fiel, ¿quién lo hallará?
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El justo camina en su integridad; bienaventurados serán sus hijos después de él.
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El rey se sienta en el trono del juicio; con su mirada disipa todo mal.
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¿Quién podrá decir: “Yo he limpiado mi corazón; limpio estoy de mi pecado”?
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Pesas falsas y medidas falsas: Ambas cosas son una abominación al SEÑOR.
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Aun el muchacho es conocido por sus hechos si su conducta es pura y recta.
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El oído que oye y el ojo que ve, ambas cosas ha hecho el SEÑOR.
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