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El que sigue la justicia y la bondad hallará vida, justicia y honra.
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El sabio conquista la ciudad de los poderosos y derriba la fuerza en que ella ha confiado.
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El que guarda su boca y su lengua guarda su alma de angustias.
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Escarnecedor es el nombre del arrogante y altivo, del que actúa con saña arrogante.
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El deseo del perezoso lo mata, porque sus manos rehúsan trabajar.
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Hay quien todo el día codicia y codicia, pero el justo da y no escatima.
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El sacrificio que ofrecen los impíos es una abominación; cuánto más cuando lo ofrece con perversa intención.
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El testigo mentiroso perecerá, pero el hombre que sabe escuchar siempre podrá hablar.
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El hombre impío se muestra descarado, pero el recto pone en orden sus caminos.
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No hay sabiduría ni entendimiento, ni consejo contra el SEÑOR.
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El caballo es alistado para el día de la batalla, pero del SEÑOR proviene la victoria.
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