-
El rey ama al de corazón puro, y el que tiene gracia de labios será su amigo.
-
Los ojos del SEÑOR custodian el conocimiento, pero él arruina las cosas de los traicioneros.
-
Dice el perezoso: “¡Afuera hay un león! ¡En medio de la calle seré descuartizado!”.
-
Fosa profunda es la boca de la mujer extraña; aquel contra quien el SEÑOR está airado caerá en ella.
-
La insensatez está ligada al corazón del joven, pero la vara de la disciplina la hará alejarse de él.
-
El que para enriquecerse explota al pobre o da al rico, ciertamente vendrá a pobreza.
-
Inclina tu oído y escucha las palabras de los sabios; dispón tu corazón a mi conocimiento.
-
Porque es cosa placentera que las guardes en tu corazón, y que a la vez se afirmen en tus labios.
-
Para que tu confianza esté en el SEÑOR te las hago saber hoy también a ti.
-
¿Acaso no he escrito para ti treinta dichos de consejos y conocimiento?
-
Son para darte a conocer la certidumbre de las palabras de verdad, a fin de que puedas responder palabras de verdad a los que te envían.
Continúa después de la publicidad