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Libra a los que son llevados a la muerte; no dejes de librar a los que van tambaleando a la matanza.
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Si dices: “En verdad no lo supimos”, ¿no lo entenderá el que examina los corazones? El que vigila tu alma él lo sabrá y recompensará al hombre según sus obras.
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Come, hijo mío, de la miel, porque es buena; y del panal que es dulce a tu paladar.
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Así será el conocimiento de la sabiduría para tu alma. Si la hallas, habrá un porvenir, y tu esperanza no será frustrada.
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Oh impío, no aceches la morada del justo ni destruyas su lugar de reposo;
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porque siete veces cae el justo y se vuelve a levantar, pero los impíos tropezarán en el mal.
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No te alegres cuando caiga tu enemigo; y cuando tropiece no se regocije tu corazón,
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no sea que lo vea el SEÑOR y le desagrade, y aparte de él su enojo.
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No te enfurezcas a causa de los malhechores ni tengas envidia de los impíos;
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porque no habrá un buen porvenir para el malo, y la lámpara de los impíos será apagada.
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