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Oh impío, no aceches la morada del justo ni destruyas su lugar de reposo;
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porque siete veces cae el justo y se vuelve a levantar, pero los impíos tropezarán en el mal.
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No te alegres cuando caiga tu enemigo; y cuando tropiece no se regocije tu corazón,
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no sea que lo vea el SEÑOR y le desagrade, y aparte de él su enojo.
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No te enfurezcas a causa de los malhechores ni tengas envidia de los impíos;
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porque no habrá un buen porvenir para el malo, y la lámpara de los impíos será apagada.
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