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Hijo mío, teme al SEÑOR y al rey, y no te asocies con los inestables.
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Porque su calamidad surgirá de repente, y el castigo que procede de ambos, ¡quién lo puede saber!
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También los siguientes dichos pertenecen a los sabios: No es bueno hacer distinción de personas en el juicio.
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Al que dice al impío: “Eres justo”, los pueblos lo maldecirán; las naciones lo detestarán.
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Pero los que lo reprenden serán apreciados, y sobre ellos vendrá la bendición del bien.
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Besados serán los labios del que responde palabras correctas.
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Ordena tus labores afuera; ocúpate en ellas en el campo. Y después edifícate una casa.
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No testifiques sin causa contra tu prójimo ni le engañes con tus labios.
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No digas: “Como me hizo, así le haré a él; recompensaré al hombre según su acción”.
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