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Pasé junto al campo de un hombre perezoso y junto a la viña de un hombre falto de entendimiento.
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Y he aquí que por todos lados habían crecido ortigas; los cardos habían cubierto el área, y su cerco de piedra estaba destruido.
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Yo observé esto y lo medité en mi corazón; lo vi y saqué esta enseñanza:
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Un poco de dormir, un poco de dormitar y un poco de cruzar las manos para reposar.
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Así vendrá tu pobreza como un vagabundo, y tu escasez como un hombre armado.
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