-
Muy alta está la sabiduría para el insensato; en la puerta de la ciudad no abrirá su boca.
-
Al que planea hacer el mal lo llamarán hombre de malas intenciones.
-
La intención del insensato es pecado, y el burlador es abominación a los hombres.
-
Si desmayas en el día de la dificultad, también tu fuerza se reducirá.
-
Libra a los que son llevados a la muerte; no dejes de librar a los que van tambaleando a la matanza.
-
Si dices: “En verdad no lo supimos”, ¿no lo entenderá el que examina los corazones? El que vigila tu alma él lo sabrá y recompensará al hombre según sus obras.
-
Come, hijo mío, de la miel, porque es buena; y del panal que es dulce a tu paladar.
-
Así será el conocimiento de la sabiduría para tu alma. Si la hallas, habrá un porvenir, y tu esperanza no será frustrada.
-
Oh impío, no aceches la morada del justo ni destruyas su lugar de reposo;
-
porque siete veces cae el justo y se vuelve a levantar, pero los impíos tropezarán en el mal.
-
No te alegres cuando caiga tu enemigo; y cuando tropiece no se regocije tu corazón,
-
no sea que lo vea el SEÑOR y le desagrade, y aparte de él su enojo.
-
No te enfurezcas a causa de los malhechores ni tengas envidia de los impíos;
-
porque no habrá un buen porvenir para el malo, y la lámpara de los impíos será apagada.