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Como zarcillo de oro y joya de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.
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Como el frescor de la nieve en tiempo de siega es el mensajero fiel a los que lo envían, pues da refrigerio al alma de su señor.
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Como nubes y vientos sin lluvia, así es el hombre que se jacta de un regalo que al fin no da.
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Con larga paciencia se persuade al jefe, y la lengua blanda quebranta los huesos.
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¿Hallaste miel? Come solo lo suficiente, no sea que te hartes de ella y la vomites.
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Detén tu pie de la casa de tu vecino, no sea que se harte de ti y te aborrezca.
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