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Como el agua fría al alma sedienta, así son las buenas nuevas de lejanas tierras.
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Como manantial turbio y fuente corrompida es el justo que vacila ante el impío.
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Comer mucha miel no es bueno ni es gloria buscar la propia gloria.
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Como una ciudad cuya muralla ha sido derribada, es el hombre cuyo espíritu no tiene freno.
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