-
El látigo es para el caballo, el freno para el asno y la vara para la espalda de los necios.
-
Nunca respondas al necio según su insensatez, para que no seas tú también como él.
-
Responde al necio según su insensatez, para que no se estime sabio en su propia opinión.
-
Se corta los pies y bebe violencia el que envía recado por medio de un necio.
-
Como las piernas del cojo que cuelgan inútiles, es el proverbio en la boca de los necios.
-
Como atar una piedra a la honda, así es dar honor al necio.
-
Como espina que penetra en la mano del borracho, es el proverbio en la boca de los necios.
-
Como el arquero que hiere a todos, es el que contrata a necios y vagabundos.
-
Como perro que vuelve a su vómito así es el necio que repite su insensatez.
-
¿Has visto a un hombre sabio en su propia opinión? ¡Más esperanza hay del necio que de él!
-
Dice el perezoso: “¡Hay un león en el camino! ¡Hay un león en medio de las calles!”.
-
Como las puertas giran sobre sus bisagras, así también el perezoso en su cama.
-
El perezoso hunde su mano en el plato y se cansa de volverla a su boca.
-
El perezoso es más sabio en su opinión que siete que responden con discreción.
-
El que se entremete en pleito ajeno es como el que agarra de las orejas a un perro que pasa.
-
Como el que enloquece y arroja dardos y flechas de muerte,
-
así es el hombre que defrauda a su amigo y dice: “¿Acaso no estaba yo bromeando?”.
-
Sin leña se apaga el fuego; y donde no hay chismoso cesa la contienda.