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porque el SEÑOR disciplina al que ama, como el padre al hijo a quien quiere.
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Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el que obtiene entendimiento;
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porque su provecho es mayor que el de la plata, y su resultado es mejor que el oro fino.
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Es más valiosa que las perlas; nada de lo que desees podrá compararse con ella.
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