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Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el que obtiene entendimiento;
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porque su provecho es mayor que el de la plata, y su resultado es mejor que el oro fino.
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Es más valiosa que las perlas; nada de lo que desees podrá compararse con ella.
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Abundancia de días hay en su mano derecha; y en su izquierda, riquezas y honra.
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Sus caminos son caminos agradables y en todas sus sendas hay paz.
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Es árbol de vida a los que de ella echan mano; bienaventurados los que la retienen.
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El SEÑOR fundó la tierra con sabiduría; afirmó los cielos con entendimiento.
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Con su conocimiento fueron divididos los océanos, y los cielos destilan rocío.
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Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; guarda la iniciativa y la prudencia,
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y serán vida para tu alma y gracia para tu cuello.
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Entonces andarás confiadamente por tu camino y tu pie no tropezará.
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Cuando te acuestes no tendrás temor; más bien, te acostarás y tu sueño será dulce.
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No tendrás temor del espanto repentino ni de la ruina de los impíos, cuando llegue,
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porque el SEÑOR será tu confianza y él guardará tu pie de caer en la trampa.
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No niegues un bien a quien es debido, teniendo poder para hacerlo.