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No envidies al hombre violento ni escojas ninguno de sus caminos;
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porque el SEÑOR abomina al perverso, pero su íntima comunión es con los rectos.
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La maldición del SEÑOR está en la casa del impío, pero él bendice la morada de los justos.
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Ciertamente él se burlará de los que se burlan, pero a los humildes concederá gracia.
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