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Oigan, hijos, la enseñanza de un padre; estén atentos para adquirir entendimiento.
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No abandonen mi instrucción, porque yo les doy buena enseñanza.
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Pues yo también fui hijo de mi padre, tierno y singular delante de mi madre.
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Y él me enseñaba y me decía: “Retenga tu corazón mis palabras; guarda mis mandamientos y vivirás”.
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¡Adquiere sabiduría! ¡Adquiere entendimiento! No te olvides ni te apartes de los dichos de mi boca.
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No la abandones y ella te guardará; ámala y te preservará.
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