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El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan.
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Hijo mío, pon atención a mis palabras; inclina tu oído a mis dichos.
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No se aparten de tus ojos; guárdalos en medio de tu corazón.
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Porque ellos son vida a los que los hallan y medicina para todo su cuerpo.
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Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la vida.
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