-
¡Adquiere sabiduría! ¡Adquiere entendimiento! No te olvides ni te apartes de los dichos de mi boca.
-
No la abandones y ella te guardará; ámala y te preservará.
-
¡Sabiduría ante todo! ¡Adquiere sabiduría! Y antes que toda posesión, adquiere entendimiento.
-
Apréciala y ella te levantará; y cuando la hayas abrazado, te honrará.
-
Diadema de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te otorgará.
-
Escucha, hijo mío, y recibe mis dichos y se te multiplicarán años de vida.
-
En el camino de la sabiduría te he instruido y por sendas de rectitud te he hecho andar.
-
Cuando camines, tus pasos no hallarán impedimento; y si corres, no tropezarás.
-
Aférrate a la disciplina y no la sueltes; consérvala, porque ella es tu vida.
-
No entres en el sendero de los impíos ni pongas tu pie en el camino de los malos.
-
Evítalo; no pases por él. Apártate de él; pasa de largo.
-
Porque ellos no duermen si no han hecho mal; pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.
-
Pues comen pan de impiedad y beben vino de violencia.
-
Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que es pleno día.
-
El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan.
-
Hijo mío, pon atención a mis palabras; inclina tu oído a mis dichos.