-
Ve a la hormiga, oh perezoso; observa sus caminos y sé sabio.
-
Ella no tiene jefe ni comisario ni gobernador;
-
pero prepara su comida en el verano, y guarda su sustento en el tiempo de la siega.
-
Perezoso: ¿Hasta cuándo has de estar acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
-
Un poco de dormir, un poco de dormitar y un poco de cruzar las manos para reposar.
-
Así vendrá tu pobreza como un vagabundo, y tu escasez como un hombre armado.
-
El hombre depravado, el hombre inicuo, anda en la perversidad de boca,
-
guiña los ojos, hace señas con sus pies e indica con sus dedos.
-
Perversidades hay en su corazón; en todo tiempo anda pensando el mal, provocando discordia.
-
Por eso, su calamidad vendrá de repente; súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.
-
Seis cosas aborrece el SEÑOR, y aun siete abomina su alma:
-
Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente,
-
el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies que se apresuran a correr al mal,
-
el testigo falso que respira calumnias y el que provoca discordia entre los hermanos.
-
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre y no abandones la instrucción de tu madre.