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Hijo mío, guarda mis palabras y atesora mis mandamientos dentro de ti.
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Guarda mis mandamientos y vivirás; guarda mi enseñanza como a la niña de tus ojos.
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Átalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón.
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Di a la sabiduría: “Tú eres mi hermana”, y a la inteligencia llama: “Mi pariente”.
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Te guardará de la mujer ajena, de la extraña que halaga con sus palabras.
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