-
Desde la eternidad tuve el principado, desde el principio, antes que la tierra.
-
Nací antes que existieran los océanos, antes que existiesen los manantiales cargados de agua.
-
Nací antes que los montes fuesen asentados, antes que las colinas.
-
No había hecho aún la tierra ni los campos ni la totalidad del polvo del mundo.
-
Cuando formó los cielos allí estaba yo; cuando trazó el horizonte sobre la faz del océano,
-
cuando afirmó las nubes arriba, cuando reforzó las fuentes del océano,
-
cuando dio al mar sus límites y a las aguas ordenó que no traspasasen su mandato. Cuando establecía los cimientos de la tierra,
-
con él estaba yo, como un artífice maestro. Yo era su delicia todos los días y me regocijaba en su presencia en todo tiempo.
-
Yo me recreo en su tierra habitada, y tengo mi delicia con los hijos del hombre.
Continúa después de la publicidad