• Proverbios 8:23

    Desde la eternidad tuve el principado, desde el principio, antes que la tierra.

  • Proverbios 8:24

    Nací antes que existieran los océanos, antes que existiesen los manantiales cargados de agua.

  • Proverbios 8:25

    Nací antes que los montes fuesen asentados, antes que las colinas.

  • Proverbios 8:26

    No había hecho aún la tierra ni los campos ni la totalidad del polvo del mundo.

  • Proverbios 8:27

    Cuando formó los cielos allí estaba yo; cuando trazó el horizonte sobre la faz del océano,

  • Proverbios 8:28

    cuando afirmó las nubes arriba, cuando reforzó las fuentes del océano,

  • Proverbios 8:29

    cuando dio al mar sus límites y a las aguas ordenó que no traspasasen su mandato. Cuando establecía los cimientos de la tierra,

  • Proverbios 8:30

    con él estaba yo, como un artífice maestro. Yo era su delicia todos los días y me regocijaba en su presencia en todo tiempo.

  • Proverbios 8:31

    Yo me recreo en su tierra habitada, y tengo mi delicia con los hijos del hombre.

  • Proverbios 8:32

    “Ahora pues, hijos, óiganme: Bienaventurados los que guardan mis caminos.

  • Proverbios 8:33

    Escuchen la corrección y sean sabios; no la menosprecien.

  • Proverbios 8:34

    Bienaventurado el hombre que me escucha velando ante mis entradas cada día, guardando los postes de mis puertas.

  • Proverbios 8:35

    Porque el que me halla, halla la vida y obtiene el favor del SEÑOR.

  • Proverbios 8:36

    Pero el que me pierde se hace daño a sí mismo; todos los que me aborrecen aman la muerte”.

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