Explicación, estudio y comentario bíblico de Romanos 1:3-15 verso por verso
acerca de su Hijo — quien, según la carne, era de la descendencia de David;
y quien fue declarado Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad por su resurrección de entre los muertos — , Jesucristo nuestro Señor.
Por él recibimos la gracia y el apostolado para la obediencia de la fe a favor de su nombre en todas las naciones,
entre las cuales están también ustedes, los llamados de Jesucristo.
A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia a ustedes y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Primeramente, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo con respecto a todos ustedes, porque su fe es proclamada en todo el mundo.
Porque Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, me es testigo de que sin cesar me acuerdo de ustedes siempre en mis oraciones
rogando que, si de alguna manera por la voluntad de Dios, por fin yo sea bien encaminado para ir a ustedes.
Porque deseo verles para compartir con ustedes algún don espiritual a fin de que sean afirmados.
Esto es, para ser animado juntamente con ustedes por la fe que nos es común a ustedes y a mí.
Pero no quiero, hermanos, que ignoren que muchas veces me he propuesto ir a ustedes (y hasta ahora he sido impedido) para tener algún fruto también entre ustedes así como entre las demás naciones.
Tanto a griegos como a bárbaros, tanto a sabios como a ignorantes soy deudor.
Así que, en cuanto a mí, pronto estoy para anunciarles el evangelio también a ustedes que están en Roma.