Explicación, estudio y comentario bíblico de Romanos 14:10-45 verso por verso
Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Pues todos compareceremos ante el tribunal de Dios,
porque está escrito: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.
De manera que cada uno de nosotros rendirá cuenta a Dios de sí mismo.
Así que, no nos juzguemos más los unos a los otros; más bien, determinen no poner tropiezo u obstáculo al hermano.
Yo sé, y estoy persuadido en el Señor Jesús, que nada hay inmundo en sí; pero para aquel que estima que algo es inmundo, para él sí lo es.
Pues si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No arruines por tu comida a aquel por quien Cristo murió.
Por tanto, no dejen que se hable mal de lo que para ustedes es bueno;
porque el reino de Dios no es comida ni bebida sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado por los hombres.
Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. A la verdad, todas las cosas son limpias pero es malo que un hombre cause tropiezo por su comida.
Bueno es no comer carne ni beber vino ni hacer nada en que tropiece tu hermano.
La fe que tú tienes, tenla para contigo mismo delante de Dios. Dichoso el que no se condena a sí mismo con lo que aprueba.
Pero el que duda al respecto, es condenado si come porque no lo hace con fe. Pues todo lo que no proviene de fe es pecado.