Explicación, estudio y comentario bíblico de Romanos 6:3-18 verso por verso
¿Ignoran que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte?
Pues, por el bautismo fuimos sepultados juntamente con él en la muerte para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
Porque así como hemos sido identificados con él en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la semejanza de su resurrección.
Y sabemos que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido a fin de que ya no seamos esclavos del pecado;
porque el que ha muerto ha sido justificado del pecado.
Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él.
Sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
Porque en cuanto murió, para el pecado murió una vez por todas; pero en cuanto vive, vive para Dios.
Así también ustedes, consideren que están muertos para el pecado pero que están vivos para Dios en Cristo Jesús.
No reine, pues, el pecado en su cuerpo mortal de modo que obedezcan a sus malos deseos.
Ni tampoco presenten sus miembros al pecado como instrumentos de injusticia sino, más bien, preséntense a Dios como vivos de entre los muertos, y sus miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Porque el pecado no se enseñoreará de ustedes, ya que no están bajo la ley sino bajo la gracia.
¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!
¿No saben que cuando se ofrecen a alguien para obedecerlo como esclavos son esclavos del que obedecen; ya sea del pecado para muerte o de la obediencia para justicia?
Pero gracias a Dios porque, aunque eran esclavos del pecado, han obedecido de corazón a aquella forma de enseñanza a la cual se han entregado
y, una vez libertados del pecado, han sido hechos siervos de la justicia.