• Romanos 7:6

    Pero ahora, habiendo muerto a lo que nos tenía sujetos, hemos sido liberados de la ley para que sirvamos en lo nuevo del Espíritu y no en lo antiguo de la letra.

  • Romanos 7:7

    ¿Qué, pues, diremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Al contrario, yo no habría conocido el pecado sino por medio de la ley; porque no estaría consciente de la codicia si la ley no dijera: No codiciarás.

  • Romanos 7:8

    Pero el pecado, tomando ocasión en el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.

  • Romanos 7:9

    Así que, yo vivía en un tiempo sin la ley pero, cuando vino el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.

  • Romanos 7:10

    Y descubrí que el mismo mandamiento que era para vida me resultó en muerte

  • Romanos 7:11

    porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó y, por él, me mató.

  • Romanos 7:12

    De manera que la ley ciertamente es santa; y el mandamiento es santo, justo y bueno.

  • Romanos 7:13

    Luego, ¿lo que es bueno llegó a ser muerte para mí? ¡De ninguna manera! Más bien, el pecado, para mostrarse pecado, mediante lo bueno produjo muerte en mí a fin de que, mediante el mandamiento, el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.

Continúa después de la publicidad